Imagina que acabas de comenzar un empleo nuevo. Es tu primer día en la oficina, y tu nuevo supervisor se acerca a ti y te entrega’ una barra de trapecio. “Hagamos unas vueltas’, te dice. De esa forma se sienten los pequeños si se les pide que lidien con este gran cambio y dominen una habilidad que no les es familiar.

Por eso, no debes tratar de enseñarle a usar el baño cuando esté lidiando con muchos cambios. En especial, las tortugas, los búhos y las ardillas funcionan mejor cuando el entorno está tranquilo y estable. Aquí encontrarás 10 ejemplos de cuándo NO debes presionarlo para que aprenda a usar el baño:
1 El nacimiento de un hermano
2 La mudanza a un nuevo hogar u otro cambio significativo en la familia
3 La transición de la cuna a una cama grande
4 El abandono del biberón por la noche
5 El destete
6 El abandono del chupete
7 El comienzo de una guardería o jardín de niños, o un cambio de escuela
8 Una enfermedad
9 Están de vacaciones, y come muchos dulces, se acuesta tarde y está emocionado todo el día
10 Una fuerza externa, como el jardín de niños o un familiar con buenas intenciones, te presiona para que le enseñes a usar el baño, pero el niño no está listo
Estabiliza la situación familiar antes de incluir una habilidad nueva, como el uso del baño. Además, tampoco necesitas la carga adicional del aprendizaje para usar el baño cuando la situación ya es estresante Esperar a que la situación esté más calmada hará que el aprendizaje para usar el baño sea más placentero y exitoso para toda la familia.